2009 ha sido el año del fenómeno literario “Millenium”. La trilogía ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo y se ha traducido a más de 30 idiomas. Los responsables de la traducción del sueco al castellano son Martin Lexell y Juan José Ortega Román.
Un detalle que ha causado cierto debate entre muchos lectores ha sido la traducción de los títulos. El enigmático La reina en el palacio de las corrientes de aire no se parece mucho al original sueco “Luftslottet som sprängdes”, es decir, “El castillo en el aire que estalló”. En cambio, sí es la traducción literal de la versión francesa: “La reine dans le palais des courants d’air”, versión que inició el fenómeno mundial. Y lo mismo ocurre con los dos libros anteriores: “Män som hatar kvinnor” (“Hombres que odian a las mujeres”) se transforma en Los hombres que no amaban a las mujeres (versión francesa: “Les hommes qui n’aimaient pas les femmes”), y “Flickan som lekte med elden” (“La chica que jugaba con fuego”) en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (versión francesa: ‘La fille qui rêvait d’un bidon d’essence et d’une allumette’). ¿Criterios literarios o comerciales?