Las relaciones entre editoriales y traductores.
Ver noticia en Público (26/07/09)
domingo, 26 de julio de 2009
viernes, 17 de julio de 2009
Traductores invisibles
Haber expresado de manera fiel y con el mismo registro es lo mejor que se puede decir de una traducción, con lo que lo mejor es que la labor del traductor sea todo lo más imperceptible posible. Pero el efecto de esta invisibilidad puede ser que el trabajo del traductor no sea reconocido, y cuando se reseña siempre es con connotaciones negativas: un mal traduttore es un traditore, pero uno bueno pasa inadvertido.
A nuestra escala profesional, no son pocas las veces que hemos recibido el encargo de traducir una publicación a uno o varios idiomas. En la página de los créditos aparece el editor, el patrocinador, el diseñador, el impresor, el fotógrafo de la única fotografía que aparece... pero ni rastro del traductor.
Hay que reconocer, no obstante, que cuando pedimos aparecer en ellos se nos dice que sí de inmediato y se nos dan excusas por el “olvido”.
Poco a poco, pero parece que se nos va teniendo cada vez más en cuenta, y, seguramente, el traductor del libro que está leyendo ya aparecerá en sus páginas y el del guión de la película que acaba de ver constará en sus créditos.
A nuestra escala profesional, no son pocas las veces que hemos recibido el encargo de traducir una publicación a uno o varios idiomas. En la página de los créditos aparece el editor, el patrocinador, el diseñador, el impresor, el fotógrafo de la única fotografía que aparece... pero ni rastro del traductor.
Hay que reconocer, no obstante, que cuando pedimos aparecer en ellos se nos dice que sí de inmediato y se nos dan excusas por el “olvido”.
Poco a poco, pero parece que se nos va teniendo cada vez más en cuenta, y, seguramente, el traductor del libro que está leyendo ya aparecerá en sus páginas y el del guión de la película que acaba de ver constará en sus créditos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)